Señoras y Señores,
Jóvenes y Niñ@s (por si algún precoz se nos ha cruzado en el camino):
Por respeto a Ustedes,
siendo mal conversador, silvestre y montañero, (no soy ermitaño de mar),
participo estas palabrejas al conversatorio entre amigos, parceros y loquitos por
la Salud.
“Podemos aprender
mucho de la gente que no es el héroe” (Gay Talese), citaban por estos días, en
algún periódico; y en la bella y poética novela de Naguib Mahfuz, El Rey
Hereje, encuentro:
“Ser como la Historia
que escucha a todo el que habla, sin inclinarse ante ninguno, para entregar la
pura verdad a los que observan”.
Pues bien, esta
primera vez, deseo darles dos razones de mi presencia, aquí, entre Ustedes…
Hace tiempo, un
buscador vio admirado cómo, en un aislado paraje, un ermitaño izaba la bandera
patria, en su pequeña ermita, el día de efemérides.
Preguntó el buscador
al anciano ¿para qué izar bandera en semejantes soledades, donde aparte suyo,
extranjero y oscuro, nadie la vería?
Esta fue su respuesta:
y, ¿quién le dijo a usted, que por vivir en desierto y soledad, extranjero y
oscuro, soy un ser aislado?
Era aquel monje de los
que sabían que Todo es Uno, y uno es solo.
La moraleja de mi historia la encuentro en un Maestro de Soledades
(Thomas Merton), que dice (resumiendo):
“El retiro del solitario no es rechazo de la
Humanidad sino de las falsedades de que está llena la vida social. Va al
silencio, no porque piense que sabe más que los demás, sino porque quiere tener una vida a otro
nivel. Quiere encontrar, con la tranquilidad que no ofrece la Babel de hoy, un
lugar para escuchar su conciencia y la voz del MYSTERIUM
SALUTIS, (la voz del Espíritu Universal). Es pues el
ermitaño alguien que reacciona contra la mentira de nuestro tiempo. Este hombre
lleno de sano desengaño de sí y de las apariencias sociales, va al silencio y a
la soledad, no para predicar, sino para curarse a sí
mismo de la enfermedad que lleva todo el mundo”.
He
aquí, por fin, la primera razón de mi presencia en este democrático foro por la
Salud.
Antes
de continuar, permitan esta advertencia del excelente Aldous Huxley:
“El
fin de la vida humana es la Contemplación. La acción es un medio dirigido a ese
fin. La sociedad es buena (sana) cuando hace
posible la contemplación para sus miembros; y la existencia de, por lo menos,
una minoría de contemplativos es necesaria para el bienestar (la Salud) de cualquier sociedad”.
(Paréntesis
míos).
Advierto, por mi parte, que mi referencia al
ermitaño no es sólo al que va al desierto para “Ser creado por Dios”, sino,
también, al que se a-isla, para crear la
Belleza y la Verdad del Arte, del
Conocimiento o Sabiduría, y del Pensamiento o Ciencia, que también son Salud.
Sabemos,
entonces, que no se retira el hombre por huida o miedo a la contaminación
ambiente, ni por asco o prejuicio, ni por pureza ritual, ni porque el mundo se
va a acabar…ni porque odia la comunicación…ni porque alguien lo margina, sino
porque se da(a sí mismo) por marginado.
(Me
apena, que deba disentir de Usted,
Señora Marta Nussbaum, en su meritoria obra El Ocultamiento de lo
Humano: Repugnancia, vergüenza y ley, que recomiendo a todos en su primera
parte, en especial al senador Gerlein).
Se
retira, decíamos, para no estorbar, y, para
contaminar lo menos, en un mundo donde a la generalidad le dio por
mercadear la receta de la salvación y la redención. El ermitaño se da por
redimido, y respetando salvaciones, busca, y propone SANACIÓN. Aquí su énfasis,
aunque Mística o Soteriología, Poesía o Profecía, y Medicina o Sanidad, son las
tres caras de la Unidad de la Salud.
No
pide permiso “el que se hace perdidizo por amor”, a un Estado desconfiado, que
criminaliza y victimisa a sus ciudadanos, -todo solitario es sospechoso-, ni a ningún vaticano controlador que hace de
sus feligreses escoria e inmundicia culpable. Olvidando que en el Origen de la
fe, éramos “santos y amados de Dios”-
Ni siquiera se gradúa de ermitaño. Es su
vocación, y simplemente se va tras el MYSTERIUM SALUTIS, COMO GUARDIÁN DE LA LIBERTAD DE
CONCIENCIA O DERECHO A PENSAR POR SI MISMO, A LA INDIVIDUALIAD, no al
individualismo, A LA EGOENCIA, jamás al egoísmo.
Pero,
también es cierto que ERMITAÑO es otro sueño o
mito o ideal, porque “es más fácil para el ermitaño abandonar el mundo, que el
mundo lo abandone a él”. Que lo digan P. Eduardo Monzón, entre los
Benedictinos, y por supuesto Chuang Tzu, de quien es el pensamiento. También,
esto se puede leer en Las Tentaciones de
San Antonio, de Flaubert y en Padre Sergio, de Tolstoi.
Ahora
bien, quienes me sacan de mi “ermita de la Montaña Nevada”, son
dos médicos y dos poetas: Los doctores Mauricio Sánchez y John Jairo Bohorquez,
y los poetas, Juan Raúl Navarro y Federico Vélez, magos en el arte de ilusionar
a los desilusionados, y cómo no, cuando vamos perdiendo
el sentido de lo Humano, que está enfermo y en grave peligro.
Me
convocan, como a Ustedes, a la investigación, al debate, al análisis, a la
crítica y a la responsabilidad, para que, con recta mirada o discernimiento
(Primera regla del Señor Buda), comprender y resolver la crisis de la Salud del
Alma y del Cuerpo, individual y social.
Muchos
temas de interés vital se han venido planteando a la luz de sabias autoridades,
como Michel Foucault, y el Dr. Maldonado, entre otros iluminados por las
Ciencias de la Complejidad y del Nuevo Humanismo…
Tenemos
una vía, un camino por transitar…
La
segunda razón de mi presencia es la de honrar la memoria de una gran generación
de Médicos, de la cual tenemos ya, apenas, unos cuantos representantes que
deben frisar por los ochenta o noventa años. A ellos debemos grandes esfuerzos
por la salud de sus conciudadanos antioqueños, en la implementación y atención
de hospitales y centros de salud, en todo el Departamento, y algunos beneficios
adquiridos en sus luchas sindicales.
Entre
ellos quiero nombrar a un señor mi tío, Gilberto Arango Orozco, el Ñato, y a sus amigos médicos, algunos por mí
desconocidos, pero de grata memoria por el mucho favor de que gozaron en casa
de mis abuelos –alguien se me escapará-: Dr. Rodrigo Vélez, Dr. Francisco Duque, Dr. Vital Balthasar, Dr. Luis Fernando
Restrepo, Dr. Jair Zuluaga, Dr. Fernando Gardner, Dr. Bayter. Generación gestora, sin duda con
otros, de la Asociación Médica de Antioquia (AMDA) y de la Cooperativa Médica,
y que fue derrotada por quienes se robaron luego al Seguro Social, en hora
aciaga para la Salud de Antioquia. El Seguro Social también tuvo su época de
gloria, pero llegó la roya de la corrupción y de la enfermedad…hasta la agonía.
Mis
amigos: finalizo con estas citas, para no olvidar:
“Paréceme
que todo está escrito (leído o dicho) para obrar lo que importa, y que lo que falta,
si algo falta, no es escribir o hablar, que esto ordinariamente sobra, sino callar y obrar.
“Porque,
además de esto, el hablar distrae y callar y obrar recoge y da fuerza al
espíritu. Dice el gran Juan de la Cruz…
Y,
por su parte, André Gide:
“Todas
las cosas fueron dichas, pero como nadie escucha, hay que comenzar de nuevo”.
Entonces,
¡Obreros a la Obra!, con entusiasmo, movimiento, acción…! Adentro!
Gracias.
“Viva
el San Juan, y… viva el San Pedro”…
También, el San Pedro, aunque torpe, aunque lento, aunque ciego
y aunque viejo.
También: “la palabra más incluyente y tolerante
del diccionario” (Reina Abad).
Servidor:
EDUARDO
DE GORA
RICO
GUARDIÁN DE LA MONTAÑA NEVADA.
(Ermitaño urbano y laico, en la Red y apartaestudio. De moda por aquello del “mínimal “ o “casi nada”).